El pasado Domingo Día 20 de Diciembre se celebraba en Sabiñanigo el primer torneo de tiro con arco en Sala. Me enteré de la noticia por el correo que me mandó Nestor. La verdad que tenía ganas de ir para ver que era ese tipo de tirada y como se realizaba, me picaba el gusanillo. A mi mujer le dije que si tenía ganas de subir a Sabiñánigo, la respuesta ya la sabía por adelantado, pues a ella le encanta salir de viaje. Así que hablemos por teléfono con mis primos que tienen un piso allí, y así podíamos subir el sábado por la tarde en vez de madrugar tanto el domingo, pues la tirada comenzaba a las 9 de la mañana. No paré de darle vueltas la semana de antes, de que puesto que subíamos para mirar igual podía apuntarme y así aprendería más. Es como si tuvieras un duendecillo detrás de la oreja que te dice cosas en voz baja: “apúntate hombre, no seas gallina, un día u otro tendrá que ser el primero”. Pues que de tanto oírle cinco días antes de que finalizara el plazo de inscripción me apunte para la tirada. Yo no se si fue de eso, o que me dió un frío pero al otro día amanecí con tortícolis, aún a día de hoy me hace mal el cuello, que no es mentira.
Llegó el sábado, cogimos la maleta y el equipo de tiro y marchemos a Sabiñánigo, nos presentemos por la tarde, nos dimos una vuelta por el pueblo, (una vuelta corta, pues teníamos -5º bajo cero), busquemos el Polideportivo, cenemos en un bar que estaba hasta arriba de gente, parecía Mi caffe los fines de semana, y nos fuimos a la cama, pues había que madrugar.No descansé mucho, me despertaba cada hora por el dolor de cuello que tenía y supongo que de los nervios que tenía. Sonó el despertador y arriba todo el mundo. Nos vestimos y salimos afuera para coger el coche y acercarnos al Polideportivo, pero cuando vimos como estaba el coche nos quedemos con la boca abierta, se encontraba escarchado, las puertas cuando las fui a abrir rechinaban como la puerta de la casa de la familia Monster, la palanca de cambios se había quedado como atascada, cuando arranqué el motor me di cuenta de lo que pasaba, estábamos a -15º bajo cero.
Llegó el sábado, cogimos la maleta y el equipo de tiro y marchemos a Sabiñánigo, nos presentemos por la tarde, nos dimos una vuelta por el pueblo, (una vuelta corta, pues teníamos -5º bajo cero), busquemos el Polideportivo, cenemos en un bar que estaba hasta arriba de gente, parecía Mi caffe los fines de semana, y nos fuimos a la cama, pues había que madrugar.No descansé mucho, me despertaba cada hora por el dolor de cuello que tenía y supongo que de los nervios que tenía. Sonó el despertador y arriba todo el mundo. Nos vestimos y salimos afuera para coger el coche y acercarnos al Polideportivo, pero cuando vimos como estaba el coche nos quedemos con la boca abierta, se encontraba escarchado, las puertas cuando las fui a abrir rechinaban como la puerta de la casa de la familia Monster, la palanca de cambios se había quedado como atascada, cuando arranqué el motor me di cuenta de lo que pasaba, estábamos a -15º bajo cero.
Al coche se tenía que haber helado hasta el líquido del ambientador. Estuvimos un buen rato en relentí hasta que el coche cogió un poco de temperatura y arranquemos. Para mis adentros pensé: con tanto frío igual suspenden la tirada o por no presentarse gente.Lleguemos a la puerta del Polideportivo y al entrar me acordé del duendecillo “porque le habré hecho caso”. El pabellón se encontraba lleno de arqueros, creo que se pararon todos para ver quien entraba por la puerta, “duendecillo de los cojo…donde estas ahora”. Me presenté a uno que se encontraba con papeles por las manos, era uno de los organizadores, me dijo que me tocaba la diana siete y la letra B. Pues nada fui para allí.
Al instante me vino el revisor del tren (pensaba yo), era el juez de tiro que tenía el mismo traje que los revisores lo juro, solo lo faltaba la gorra; el arco es conforme, los silenciadores no se pueden tener pero haremos la vista gorda, pero el carcaj de espalda no lo puedes usar en sala, ( joder ya empezamos pensé), menos mal que eché en el coche el de cartuchera, mandé a mi mujer que saliera pitando por el; las flechas son todas iguales y tienen tu nombre. Me dijo el juez. Si tienen una inicial “la R” (llevé seis flechas sólo necesitaba tres, y una sola tenía el nombre de Robín, sabéis cual sacó el Juez). Hombre tenemos aquí a Robín je je je. Al instante vino mi mujer con el carcaj, lo vio y me dijo que ya podía competir. Le comenté que no había tirado nunca en una competición que desconocía las reglas, que era “virgen” digo novato. No pases ninguna pena, llamó a otro tirador que le decían Nano y le puso en el mismo parapeto que yo, nos presentemos hablemos dos palabras, y me dijo que me tocaba calentar si quería, que mi turno era ahora, (por si no lo sabéis hay marcadores como en el baloncesto, con el tiempo y con las letras de los arqueros que les toca tirar), tiré las tres flechas, que no se si acerté a mi diana, y esperé a que dieran paso para recogerlas. Nada más hice que cogerlas y se acabó el calentamiento. Le tocaba tirar al arquero con la letra B. Joder era yo, sin calentar, sin haber tirado flechas y me tocaba salir ya. ¡SUERTE CARIÑO! Me decía mi mujer (suerte, la suerte de haber hecho caso a la vocecita de los huev…. donde me he metido yo) Me puse en la línea de tiro cuando sonó otra vez la bocina y la luz se puso verde ya podíamos tirar, yo en ver de verde estaba morado, no me acuerdo bien de cómo tiré las flechas pues me temblaba hasta el pelo de los sobacos, hacía frío fuera pero yo sudaba a toda pastilla, la boca la tenía seca como el esparto. Después tiró mi compañero y ssp ssp ssp una buena tirada.
No pases pena que eso suele pasar la primera vez que compites, tienes nervios, pero hay que saberlos controlar. No si decirlo es fácil pero hacer que las piernas se estén quietas es más difícil. La verdad es que no te quedaba mucho tiempo para pensar pues iba todo muy rápido. Al cabo de unas tiradas me fui serenando poco a poco, me acordé de lo importante que era la respiración en el tiro, esto lo leí en una página sobre el tiro y la relajación. Las tiradas me fueron saliendo cada vez mejores, al cabo de dos horas nos encontrábamos en el epicentro del torneo, hicimos un descanso de 15 minutos. Estuve hablando con Nano, me dijo que el tiraba con arco de poleas, que había quedado campeón de… ( cuando oí campeón, el duendecillo empezó a decirme”ojo con este que es bueno”) ya no se si me dijo de Aragón o de España, en tiro de bosque con animales, me comentó que eso de tirar a una diana todo el rato no le iba nada, y en eso le di toda la razón. Ahora que lo pienso, nos encontrábamos en el Polideportivo tirando, si lo pasáramos a los tiempos medievales; en la entrada se encontraban los señores feudales, la nobleza, con sus arcos compuestos, sus prismáticos, para poder ver donde ha ido la flecha (como si a 18 mts. no la pudieras ver bien), su trípode para dejar el arco, sacando punta a las flechas.
En la otra punta del pabellón nos encontramos la plebe, la chusma, con sus arcos de madera, apuntando sólo con la mirada, dejando los arcos en la silla y chupando la punta de la flecha para que te traiga suerte; pero con todo eso, me dí cuenta que había mas compañerismo entre nuestro grupo de seis arqueros, con las bromas cuando tirábamos y risas cuando fallabas, que entre la nobleza que todo eran caras serias cuando tiraban. Bueno a lo que íbamos, hicimos el recuento de puntos y…sorpresa le sacaba 13 puntos al compañero, iba encabeza, les dije que no es como empieza sino como acaba, que había sido potra.
La tirada dio comienzo y estábamos igualados casi todo el tiempo, la presión me fue haciendo mella, y a dos tiradas para el final tiré las flechas y le sume puntos a la diana del otro tirador, cuando retrocedí para que tiraran los demás me comentó Nano, ¿Qué te a pasado? Le dije: nada que quiero que estemos igualados hasta el final, me gustan las emociones fuertes. ( si supieras que me acabo de echar un farol). Pues nada también yo voy hacerlo, me dijo; y tiró las tres flechas con la pluma guía para dentro, la verdad no acertó en el amarillo pero sumó algún punto.Y ya teníamos la última tirada, en esta se decidía quien de los dos quedaba campeón, parecía que había desayunado bacalao, la boca seca, el cuello tieso, que más podía pasarme ya, (tu tranquilo no pasa nada me decía el duende).
A tomar por el cu…me dije no he venido aquí para competir sino para tirar flechas y divertirme, así que eso voy a hacer. Cuando sonó la bocina salí, me puse en posición me relaje como nunca había estado antes dejé de oír ruidos y me concentré sólo en la diana, la verdad es que esos dos minutos se fundió el arco las flechas y mi cuerpo en un solo yo, lancé una flecha al oír la señal ssp , había sido un tiro perfecto, pero ni pestañeé lancé otra ssp, pegada a la primera, miré el tiempo 50 sg. Cargue con la tercera, mierda… la toqué con el dedo el culatin y se me marchó del reposaflechas, 30 sg. Cargo y lanzo me quedo mirando donde va a parar al lado de las otras. Me salgo de la concentración por un ruido de aplausos, miro a mí alrededor, y los aplausos son para mí. Hostia acabo de hacer dos amarillos y 4 puntos.
Cuando salgo para que tire el compañero, el me felicita, yo le digo “suerte en la tirada”, pero no pudo superar la tirada mía, en ese instante supe que había ganado la competición, y la verdad sea dicha tuve un subidón de adrenalina, y me puse a bailar el baile de la “Mayonesa”, y algún fotógrafo hizo de las suyas, pero sólo fue un instante de locura.
A la entrega de trofeos el presidente del Club me agradeció mi asistencia y yo también le agradecí la paciencia que habían tenido conmigo y que me hubieran dejado tirar. Me despedí de todos con un apretón de manos y con un hasta pronto. De los colegas del tiro también me despedí, me dijeron que como de premio era un trofeo que no tenía importancia, pero que si hubiera sido un jamón, uno de los dos no habríamos salido del pabellón, yo me lo tomé a broma (o no era tal broma). Y por último le pedí disculpas al duende, pues la cosa empezó mal pero al final acabó muy bien, lo dicho gracias duendecillo, hasta pronto.
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